¿Es
usted de los que piensan demasiado?
Suele
afirmarse que hay personas
de acción y personas de reflexión como si estas categorías
consiguieran
definir dos estilos de personalidad delineadas e inconfundibles que
marcarían actitudes específicas
frente a la vida.
En
realdad ninguna definición de la complejidad humana puede ser tan drástica
ya que el equilibrio mental-emocional no es algo estático y tampoco lo
son las circunstancias de la vida. Según el momento de la vida y para
algunas cosas nos comportamos como personas de acción, mientras que
para otras, como personas de reflexión. La mayoría
de las personas exhiben tanto su habilidad para pensar como para
accionar dependiendo esto, entre una multiplicidad de factores, del asunto
en juego y del momento de la vida que se encuentre uno atravesando. Con
todo, hay circunstancias cuando el hacer está inhibido a
causa de un exceso de pensamiento improductivo, ése que en la jerga
floral se lo conoce como “pensamiento de disco rayado” y denuncia una
disfunción emocional de tipo White Chestnut. En tales circunstancias la persona piensa
demasiado y piensa mal; es presa de un torbellino de ideas que salpican
y le enchastran la mente hasta convertirse en
tormento para su vida. En su escenario mental se repiten las mismas situaciones
conflictivas sean éstas vividas o temidas. En resumidas cuentas, se
enciende en su mente la “radio
tortura” y en su fantasía comienza a rodar la “novela de enredos” de manera que, por más esfuerzos que realice, por mas promesas
que se haga o por más fuerza de voluntad que intente poner, no consigue
concentrarse en el mundo de afuera del modo satisfactorio que espera de
sí.
Independientemente de si este estado se inicia a raíz de una
discusión, de un momento de decisión, de una desilusión, lo
importante es tomar distancia y reconocer que se está en medio de un
proceso que puede resultar altamente perjudicial si no se lo ataja a
tiempo. La persona en este estado negativo debe recordarse a sí misma que puede hacer algo para revertir esta situación poco
feliz, y evitar que esta característica de pensamiento se instale
minando sus posibilidades de actuar.
Si falla en
reconocer el proceso como tal, si no advierte que un
mecanismo mental infecundo se ha activado, quebrarlo le
resultará difícil en extremo.
Los
individuos en estados White Chestnut negativos ingresan en una espiral
de esfuerzos infructuosos, sufren
la pérdida de la alegría, de la espontaneidad, de la confianza
en sí mismos. Sobreviene
en ellos la
sensación de no estar a la altura de las circunstancias. Y
tienen razón. Presentan una mirada perdida y fija--una mirada puesta en su mundo interior, una expresión
de preocupación. Su auto-estima se ve disminuida. El miedo o la
inseguridad los convierten en seres molestos, reiterativos, poco
prácticos a medida que el pensamiento negativo se expande.
Cuando una
idea da mil vueltas en la cabeza puede convertirse en una tromba
invasiva capaz de ganar cada vez mayor espacio mental y generar también
una amplia gama de consecuencias en el cuerpo como por ejemplo jaquecas,
contracturas, insomnio, problemas de la vista, disturbios digestivos,
etc. Esto, desde
luego, implica un gasto de
energía enorme e innecesario que puede y debe evitarse.
Este individuo que nos resulta poco inteligente, monotemático,
aburrido y pesado, no lo es. Necesita
ayuda: está bloqueada su circulación White Chestnut.
Las
flores de Bach son agentes de inteligencia energética, esa clase de
energía inteligente que navega en el espacio sin tiempo. Captamos esta
inteligencia en forma de ideas, de sueños, en flashes de conciencia
diurna, en una actividad mental que ocurre únicamente cuando cesa el
control conciente. Desde
tiempos inmemoriales se sabe que los sueños transcurren en un lugar
intermedio entre el mundo real y el más allá.
Cuando tenemos ideas brillantes significa que nuestra circulación
energética está despejada, entonces las ideas caen en nosotros como
bendiciones, como estrellas
iluminando nuestro cielo personal. Algunas ideas resultan bendiciones del más
allá, "regalos" de la Providencia y en verdad lo son porque gracias a ellas podemos por fin
ver más claro nuestro cuadro de situación y resolverlo. Al comprender,
actuamos con acierto. Así es que cuando las
puertas de la percepción se abren, todas las demás puertas de la
realidad parecen abrirse también. Esencias como White Chestnut despejan
la mente y agudizan las percepciones. Nos permiten ver, captar y
entender. La acción inteligente por parte del individuo es solo una consecuencia
directa del impulso de la flor y su trabajo personal.
¿Siente
desgaste mental debido a un exceso de pensamiento improductivo?
¿Siente
que sus pensamientos no lo están conduciendo a ninguna parte?
Si
ha respondido afirmativamente, lo más probable es que usted se
encuentre atravesando un Cuadro White Chestnut negativo.
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