"La imaginación es la mitad de la enfermedad.
La tranquilidad es la mitad del remedio.
Y la paciencia es el comienzo de la cura"
Dr. Ibn Sina (980 - 1037)
La humanidad está enfrentando una de sus peores crisis; viviendo algo así como una guerra bacteriológica. Y debemos cuidarnos. Permanecer en casa, tomar los recaudos necesarios para combatir el virus. Impedir que se propague.
Para evitar contagiarnos o contagiar a los demás, debemos alimentarnos bien y preservar nuestro sistema inmunológico.
Por la misma razón debemos también alimentar muy bien nuestra mente y nuestro mundo emocional.
No soy autoridad científica para dar consejos, pero algo puedo afirmar a partir de mi experiencia trabajando con la PNL y las Flores de Bach y es que para mantenerse sanos y preservar nuestro sistema inmunológico una de las medidas más eficientes que todos podemos hacer es relajar el cuerpo. En estas circunstancias todos tenemos tiempo de sobra para relajarnos.
Relajarse, sentarse a meditar no lleva mucho tiempo y no cuesta nada.
Es gratis. ¡Si!
Pero el saldo positivo que deja es enorme.
Mantenerse relajados es fundamental: En estado relajado el organismo no malgasta energías y el sistema de defensas puede llevar a cabo su tarea de manea perfecta.
Esta pesadilla pasará en la medida en que todos acordemos en enfrentarla con energía, de la mejor manera y acatemos el desafío del aislamiento con sabiduría.
Se trata del esfuerzo para preservar la salud física, psiquica y emocional.
Ninguna es más importante que la otra
En algún momento el mundo volverá a funcionar y necesitamos encontrarnos enteros por completo para entonces.
Mientras esperamos ese tan ansiado punto final a esta pesadilla y los países salgan del estancamiento, mi consejo es tomar este desafío como un impasse, como una licencia, unas vacaciones.
A lo mejor es la Tierra la que ha decidido tomarse un respiro de la contaminación que produce el hombre con sus fábricas, sus medios de transporte, y nos mandó a todos a encerrarnos por un rato para poder limpiarse, recuperarse.
En efecto, se despejaron los cielos, se redujo el calentamiento global. Los canales de Venecia amanecieron con aguas limpias, y según parece, con pequeños peces en algunos tramos.
No sería mala idea llevarnos de su ejemplo y proceder a un tipo de saneamiento interior.
Apartarnos, relajarnos y proceder a una limpieza y recuperación integral. En este tiempo de reclusión obligada, el relax puede hacerle tan bien a tu sistema como le ha hecho a la Tierra... si lo sabes aprovechar.
Para que el relax sea COMPLETO, debes acompañar a tu mente con amabilidad. Dirigirla hacia entornos deliciosos, divertidos, vivificantes, motivadores.
Evita obsesionarte con las noticias, o con las especulaciones apocalípicas: todo ello sólo te dejará sin recursos, impotente, indefenso y temeroso. Busca, en cambio, relacionarte con esas cosas que te hacen bien.
Mejor aún: busca relacionarte con aquello que te arranque una sonrisa.
No podrás arreglar nada en un estado limitante. Y en cambio, puedes edificar mucho desde tu interior. Hoy muchas voces se alzan generosas y compasivas por el mundo. Desde luego, podemos hacer mucho bien por el mundo.
Pero solo si empezamos a hacernos el bien a nosotros mismos.
Este Virus es contagioso y sin duda va a matar a muchos, y a golpear muy duro a otros especialmente si se combina con el virus mental, ese que te contamina de miedos, incertidumbres, desazón.
No seas uno de ellos.
Puedes defenderte con tu cabeza; con tu imaginación: Relájate, busca alegrías en tu álbum de recuerdos. Recupera fortaleza y energías formidables repasando momentos gloriosos de tu historia personal.
O tomando la meditación que hoy te propongo.
Tómala, es gratis.
Si no deseas tomarla, simplemente recibe mi deseo de que, por tu bien, te encapriches en mantenerte feliz, tranquilo, confiado, agradeciendo todas esas cosas que seguramente tienes para agradecer. Y que te encuentres disfrutando de ellas.
Conserva una actitud positiva y espíritu de determinación alentadora. Conservar el buen humor es la mejor manera de cuidar de tu sistema inmunológico.
Es la vía más fácil, la más efectiva y la más entretenida de pasar este trance. Estamos siendo llamados a literalmente pasar el tiempo de la mejor manera.
Posiblemente lo hayas comprobado a lo largo de tu vida: mantener una buena actitud, optimismo, alegría, una buena disposición ha sido el motor energético que te ha impulsado a soñar y a desplegar tus fuerzas fisicas y creativas para conseguir aquellas cosas que soñabas.
Independientemente de que las hayas conseguido o no, el intento y el esfuerzo dejaron su sello inconfundible, un encanto particular en tu álbum de recuerdos.
Si bien algunas vivencias, algunos recuerdos y algunas ideas nos resultan perturbadoras, limitantes, y nos quitan las fuerzas, muchos otros recuerdos, ideas y aspiraciones ostentan el efecto contrario: tienen muy buena energía; movilizan nuestras fuerzas y nos impulsan a conseguir hazañas.
Todo se inicia en la mente.
Durante este desafío, cuanto más fácil te lo hagas con tu cabeza, más fácil te resultarán las cosas
en el mundo de afuera.
¿Decidiste tomar la meditación?
¡Perfecto!
Antes de tomar la meditación, asegúrate de limpiar tu mente de esas impresiones que te perturban o te preocupan.
Puedes hacer con ellas una "Lista de almacén". Enumera una a una cada una de ellas; si te concentras un poco, podrás definir el área de tu cuerpo en la que se aloja y te molesta.
Puede que las percibas como un nudo en la boca del estómago, como un frío recorriendote la espalda, como un apretón en la garganta. En cada cual se manifiesta de maneras muy precisas.
Presta atención en cómo se manifiesta en tu cuerpo; ¡y toma nota!.
Escribir estas impresiones será mucho mejor que confiar en la memoria.
Escríbelas una debajo de la otra en tu lista de almacén
pues las irás tachando una tras otra
conforme pase el tiempo.
Una vez tengas tu lista de almacén completa, zambúllete en la meditación. Te espero allí
Esta meditación dura 26 minutos, y está grabada con una simpática voz electrónica.
Lo mejor es reservar esta meditación para la noche antes de acostarte. Estarás guiando a tu mente para que te regale sueños hermosos. ¡Y te levantarás de muy buen humor!
Disfrútala
¡A tu salud!
*Lectura relacionada: Qué guerras estamos librando