Educación Emocional y autonomía personal
La Educación Emocional fomenta la autonomía, estimula el propio discernimiento, facilita una mejor
comunicación con uno mismo y con los otros para mantenerse vigorosos y en estado de buena salud. Estimula la creatividad,
reaviva las capacidades intelectuales y físicas preservando el clima interior de confianza, y el estado de expectativa positiva.
Quien mira afuera sueña,
quien mira adentro despierta
Las técnicas ofrecidas en nuestra plataforma permiten demostrarse uno mismo que el crecimiento supone
dificultades que vale la pena aprender a detectar, para
aceptar para poder superar(se).
Y que, salvo en casos excepcionales, la solución a los problemas y a
los retos de la vida se encuentran dentro de uno mismo, señales,
claves o pistas retenidas en recuerdos, en cosas aprendidas, en algo
que uno escuchó, leyó, observó, imaginó y quedó grabado en la
conciencia pero permanece inactivo, rezagado, oculto,
inaccesible.
El entrenamiento ofrecido en el BiblioLab ayuda a desentrañar esas
pistas y activar las soluciones que quedaron inhabilitadas, por lo
general, debido a algún bloqueo emocional o a una determinada clase
de censura. Especialmente útil para quienes tienen sus vidas
centradas de afuera hacia adentro, esforzándose por cumplir con
aspiraciones y esquemas de vida construidos más por el entorno que
por ellos mismos. En algún momento algo en ellos se detiene o
aparece una señal de cambio.
Esta señal de cambio puede sentirse en la necesidad de tomar distancia, la sensación de pérdida de
sentido o de estar perdiendo el rumbo, el ingreso de estados
emocionales debilitantes o enojosos. Algunos enferman, otros
presentan dificultades en sus trabajos, insatisfacciones en su vida
de relación. El BiblioLab viene al rescate como un confidente
eficaz. El BiblioLab ofrece Educación Emocional: resulta inspirador
e impulsa a trabajar.
Quienes se aplican honesta y comprometidamente al trabajo,
sin dejar las bases teóricas rezagadas a la lectura ociosa,
experimentan cambios deslumbrantes.
Los trabajos en el BiblioLab alientan hacia la autonomía y la independencia mental. La batería
de herramientas ofrecidas acerca a una manera de pensar más
reflexiva. Permite centrarse en uno mismo de un modo que resulte
revelador, operativo y funcional. Una introspección disciplinada
facilita a las personas conocerse en sus fortalezas y en sus
debilidades, en sus gustos y aversiones.
La Educación Emocional brinda las bases para la solución de problemas
Las personas que lo logran, hacen elecciones acertadas, toman mejores
decisiones tocante en lo social,
afectivo, laboral; establecen mejores relaciones consigo mismas, con
las cosas del mundo y con el resto de las personas.
Son personas que se destacan; se las percibe mejor integradas, con sus canales
perceptuales limpios y en los cuales confían. Son esas personas que tienen
razones para confiar en sus intuiciones; las respetan, las escuchan y se dejan
orientar por ellas. Es de suma importancia saber que contamos con un radar
interior, con una sabiduría que nos acompaña a todas partes como guías
confiables que se abren a nosotros y nos favorecen siempre. Solo es necesario
mantenerse emocionalmente activos y centrados de forma tal que les permitamos
participar.
Quienes aprenden a desarrollar fortalezas y competencias sólidas, consiguen
establecen proyectos con acierto y logran concretarlos. Descubren lo
que les gusta y aman dedicarse a ello, obtienen alegrías y
gratificaciones más intensas en la vida laboral, afectiva, social.
Las personas con sus energías emocionales y mentales mejor centradas
viven más años, experimentan mayor grado de felicidad, enferman
menos.
El BiblioLab no se propone inculcar creencias ni filosofías: intenta colaborar en la expansión de la
salud psíquica, el equilibrio emocional y el bienestar general, la
independencia de criterios.
Los seres humanos vivimos en sociedad, relacionándonos con la
geografía, con el clima, la flora, fauna y aspectos del entorno, y
con otros seres humanos en sistemas de inter-dependencia. El mundo
ejerce influencia en nosotros y nosotros en él. Respondemos a estas
influencias mediante sensores de variado calibre y naturaleza. Las
sensaciones, los sentimientos, las intuiciones, las emociones, las
percepciones cumplen funciones de vital importancia para nuestra
vida. Ellos son sensores y a la vez, indicadores.
Ellos perfilan nuestros pensamientos; orientan nuestras actitudes; definen nuestras
decisiones, nuestras tendencias e inclinaciones, nuestros gustos y
aversiones.
A todo ello respondemos con la emoción. La mayoría de
los humanos tenemos el privilegio de experimentar una muy amplia
gama de emociones; desde las más hermosas hasta las más odiosas, y
con diferentes grados de intensidad. Efectivamente, somos
afortunados.
Vivimos inmersos en mareas emocionales; en ellas nos
desplazamos. Tenemos la posibilidad de vivir vidas apasionantes,
divertidas, intensas, fundamentalmente cambiantes. Prácticamente nada
es estático en la vida emocional del hombre.
El equilibrio emocional es un equilibrio en permanente
movimiento; si fuera estático estaríamos hablando de ausencia de
vida. Dependiendo de un estímulo del entorno somos capaces de
desplazarnos del aburrimiento al entusiasmo en cuestión de segundos.
Así también del amor al odio, de la ilusión al desencanto.